Un aprendizaje continuo
De niños, los hermanos Barry y Derek ayudaban a sus abuelos en el ahumador de pescado de la familia, un negocio con 150 años de historia en el bucólico puerto de Whitby, en la costa norte de Yorkshire, capturando marisco que después cocinaban y vendían.
En la actualidad son la quinta generación de la familia Fortune al mando del ahumador, situado justo al lado de los 199 escalones que llevan hasta la abadía de Whitby. Ahúman arenques, salmón y beicon, y la esposa de Barry elabora paté de arenque.
“La verdad es que hemos ido aprendiendo sobre la marcha”, asegura Barry. “Había los armarios de madera para los arenques y la tienda actual eran los establos de los asnos de mi abuelo, que organizaba paseos por la playa”.
Hoy, los hermanos llegan a primera hora de la mañana y mientras uno saca los arenques ahumados el día antes el otro los corta. Antes de ahumar el arenque, explica, hay que quitarle las vísceras, cortarlo y colgarlo en los armarios de madera.
Su materia prima son arenques noruegos, congelados en el momento de la captura, y usan sus propios cuchillos. “Cada uno tiene el suyo, no los compartimos”, asegura. “Los hacemos a partir de cuchillos de los de antes, esos con los mangos de marfil, y los acortamos más o menos un tercio. Hay que destripar el pescado, lavarlo, ponerlo en salmuera durante 40 minutos, abrirlo en libro, colgarlo de dos clavos y ahumarlo durante 24 horas”.
Utilizan serrín de roble y haya de carpinterías de la zona y también de un fabricante de vigas de roble, y pueden ahumar unos 180 kg de arenques en un día, utilizando las dos partes del ahumador. Para ahumar beicon hacen falta cuatro días, mientras que el salmón tarda un día y una noche.