Imprescindibles: La costa de Essex: más de 500 kilómetros de espectaculares playas, cultura y tranquilidad.

Situada junto a la famosa localidad de Southend-on-Sea, Leigh-on-Sea derrocha magia y personalidad, y es un excelente punto de partida para lanzarse a descubrir la costa de Essex.

Esta pequeña ciudad es una puerta abierta al pasado, como demuestra la deliciosa calle principal de Old Leigh, con sus imprescindibles adoquines y sus antiguos pubs de madera, como Olde Smack Inn, y sus pescaderías, con berberechos, mejillones y caramujos siempre frescos.

En la parte alta de la ciudad, desde las ruinas del Hadleigh Castle, construido en el siglo XIII, utilizado en su día por Eduardo II e inmortalizado tiempo después por Constable en uno de sus cuadros, podemos contemplar el estuario del Támesis y los marjales de Essex. Otro mirador privilegiado para contemplar esta costa moldeada por los elementos es la torre de vigía de Naze Tower y la reserva natural junto a Horsey Island.

La costa de Essex es famosa también por sus numerosos estuarios, como el enorme estuario de Blackwater, donde encontramos Le Bouchon Hotel, con sus vigas de madera vistas y sus camas con dosel. Aquí un té a media tarde acompañado de dulces tentaciones es toda una experiencia, mientras que el restaurante despliega una carta con productos de calidad y de kilómetro cero: desde el eglefino ahumado con un toque especiado hasta la ternera estilo Borgoña con col de Milán. El hotel ofrece también una propuesta de salida en barco y cena, una ruta con comida incluida por las aguas de la zona en la embarcación privada del hotel.

Thorpe Bay es una pequeña comunidad situada junto a un destino de costa tan popular como Southend, aunque gracias a su paseo marítimo, sus tranquilas aguas y su pescado de la zona es sin duda una opción mucho más apetecible. El Roslin Beach Hotel es una ecléctica combinación de lujo y suntuosidad, con interiores inspirados en el Art Deco de los años veinte y una estética costera clásica. La terraza con vistas al mar es ideal para una copa o un brunch, mientras que el restaurante tiene dos menciones en la guía AA, por propuestas tan creativas como el bollo de cangrejo o la aleta de raya. Entre comida y comida, una buena opción es dejarse caer por la Focal Point Gallery de Southend, un espacio de arte contemporáneo especializado en artistas locales y regionales.

Más al norte, Norfolk y Suffolk cautivan por sus espectaculares paisajes, sus elegantes alojamientos y su variada oferta cultural. A medida que vamos subiendo por la costa de Essex nos adentramos en la zona de East Anglia, con sus inmensas playas vacías y los lujosos hoteles de Suffolk y Norfolk.

De entrada, merece la pena hacer un alto en el pueblo de Southwold, cerca de Suffolk, con sus casetas de playa de vistosos colores que se extienden a ambos lados del faro y que, desde lo lejos, parecen una divertida maqueta de Lego. Esta localidad es conocida por su cangrejo aliñado, especialidad de muchos de sus locales, y es también un buen punto de partida para una ruta en barca por el río Blyth, amenizada por el patrón y sus emocionantes relatos de contrabandistas.

Siguiendo el camino de la costa hacia el norte nos toparemos con la Holkham Hall, una mansión de arquitectura palladiana cerca de Wells-next-the-Sea, en la costa norte de Norfolk. Con su derroche de estilo y elegancia, no hay otra mansión igual, ya que conserva sus muebles originales y también tapices y cuadros de Rubens, Van Dyck y Gainsborough, todos a la vista de los visitantes. En la propiedad destacan también sus jardines cerrados y sus caminos hasta la playa, con sus dunas apuntaladas por pinos de diferentes variedades.

Y si el paseo por la playa te despierta el apetito, el Victoria Inn, vinculado al Holkham Hall, ofrece una elaborada carta en el relajado entorno de un pub. 

Los platos están elaborados con productos locales, como marisco, pescado o hinojo de la costa norte de Norfolk, o ternera de la casa. En verano, los puddings de frutas se elaboran con peras y manzanas de los frutales de la finca.

Algo más hacia el oeste, cerca del Palacio Real de Sandringham, encontramos el Congham Hall Hotel & Spa. Esta elegante propiedad de estilo georgiano permite disfrutar de una sofisticada estancia, con la opción de elegir entre habitaciones con una decoración tradicional o más contemporánea. Su restaurante ofrece platos tan exquisitos como sopa de guisantes y ajo silvestre con dumplings de queso o una deliciosa pieza de ternera a la parrilla con especias de temporada cosecha propia.